jueves, 2 de septiembre de 2010

Columna publicada en el periódico La Tarde el 03 de septiembre de 2010

La prórroga
CARLOS ANDRÉS ECHEVERRY RESTREPO


En rueda de prensa realizada el 1 de septiembre de 2010, la alcaldía de Pereira informó que el contrato de concesión del servicio público de aseo suscrito con Atesa de Occidente S.A., sería prorrogado por otros 10 años con el fin de “evitar la liquidación de la Empresa de Aseo de Pereira” por cuanto tal entidad presenta “pérdidas acumuladas” por causa del “alto costo de sus pasivos pensionales y de la imposibilidad de negociación con el personal de trabajadores oficiales que no se acogieron al retiro voluntario”. La extensión en dicho contrato refleja no solo el desprecio con que es tratada la clase trabajadora -se le atribuye una crisis que solamente encuentra explicación razonable en la corrupción y negligencia administrativa- también muestra la urgente necesidad del alcalde en frenar cualquier conato de competencia en el sector que termine favoreciendo al usuario del servicio.

A la Empresa de Aseo de Pereira no la quebraron sus trabajadores, lo hicieron y lo siguen haciendo sus administradores. La falta de planeación, la ausencia de un efectivo control interno y inexistencia de liderazgo de los alcaldes de turno llevaron a la pérdida de valiosos recursos que, hoy en día, tienen a la entidad en una crisis que ni siquiera resolverá los pírricos compromisos económicos asumidos por Atesa en la prórroga pactada.

Adicionalmente, pese a que desde hace cuatro años se concesionó el servicio público de aseo, la Empresa de Aseo sigue asumiendo obligaciones de tipo contractual que por ley le corresponden a Atesa de Occidente, con el agravante de que la organización dirigida por Fabio Salazar se beneficia con el cobro a los usuarios de los servicios u obras contratadas por la empresa municipal. Como ejemplos tenemos las obras civiles y actividades de empradización y ornato en los vasos 2 y 3 del relleno sanitario realizadas desde enero de este año -por valor aproximado de 320 millones de pesos- las cuales no fueron contratadas por Atesa (quien por concesión quedó a cargo de la administración de La Glorita) sino por la Empresa de Aseo, o el gasto de 150 millones en que ésta última incurrió para la recolección de escombros, obviando que a Atesa se le reconocieron 800 millones de pesos anuales por este concepto.

Otro caso lo constituye el contrato No. 32 suscrito el 28 de diciembre de 2009 entre la Empresa de Aseo de Pereira y SUFORMA LTDA, el objeto era la compra de 180 canastillas para el depósito de basuras en distintas zonas públicas de la ciudad por un valor aproximado de 50 millones de pesos. Según lo consagrado en el artículo 57 del Decreto 1713 de 2002, la adquisición e instalación de cestas de almacenamiento de residuos sólidos producidos por transeúntes deben ser efectuadas por la persona prestadora del servicio de aseo, que en este caso sería Atesa de Occidente.
No sobra mencionar los contratos con objetos superfluos como el de “prestar servicios profesionales desarrollando con los funcionarios de la Empresa de Aseo de Pereira S.A. E.S.P. un programa cultural, lúdico y recreativo, brindando estrategias que faciliten a los funcionarios una mejor perspectiva frente a la vida” contrato con un costo de 6 millones de pesos y realizado en solo 10 días (entre el 11 y el 29 de diciembre de 2009). Infortunadamente el análisis de la corrupción y negligencia administrativa no fue tratado por el alcalde en su rueda de prensa, se presumirá entonces que la culpa por no incluir este punto como justificación de la prórroga en la concesión del servicio de aseo fue de los trabajadores de la entidad.